El jueves 25 de julio, Pablo Perazzo – director de Felicitas – llevó a cabo, en colaboración con el equipo de apostolado de los Cementerios Parque del Recuerdo, una jornada espiritual al personal administrativo de la sede principal. La jornada se llamó “El sentido de la vida más allá del trabajo” y fue un espacio muy especial e íntimo para proporcionar la ocasión y oportunidad para hacer un alto en el camino y tomar consciencia de cómo están en sus vidas, qué tan felices se experimentan y qué cosas descubrieron que deben cambiar o mejorar para incrementar su bienestar personal y su vida cristiana.
Encuentro con Dios
La jornada empezó con un examen de conciencia profundo que cada uno hizo sobre su propia vida en los últimos años y generar un espacio para tener un posible encuentro con Dios o al menos para plantearse la pregunta si Dios tiene algo que ver con sus vidas. Felizmente, la jornada alcanzó ese objetivo y casi 50 participantes pudieron descubrir áreas de su vida para mejorar en diferentes aspectos y pudieron encontrar respuestas a inquietudes, dudas y cuestionamientos que muchas veces quedan sin solución porque no sabemos dónde acudir.
Encuentro consigo mismo
La dinámica de la jornada no giró solamente en torno a la oración o el encuentro con Dios, así como para hablar de la vida cristiana. Sirvió también como espacio para pensar en sus vidas. Normalmente no tenemos un momento para parar y reflexionar qué estamos haciendo con nuestras vidas. Corremos, hacemos cosas, vivimos una vorágine de responsabilidades, estamos luchando por aquí y allá para cumplir metas, lograr objetivos, lograr sueños que muchas veces ni los tenemos muy claros. Es poco frecuente que pensemos cómo serán nuestras vidas en 5, 10 o 20 años. Pero si no nos planteamos metas, difícilmente lograremos la realización personal que tanto anhelamos. Esta jornada también permitió reflexionar sobre este aspecto trascendental de nuestras vidas.
¿Qué queremos de nuestra vida?
Normalmente las metas que nos planteamos son económicas, laborales, éxito y una mejora en nuestra situación o condición de vida. No solemos preguntarnos: ¿cómo cambiar nuestras vidas para ser más felices? ¿cómo hacer para no seguir sufriendo tanto? ¿para no seguir siendo presa de nuestro estrés, ansiedad, angustias, incluso a veces depresión?
¿Cuántos de nosotros – literalmente – escondemos experiencias personales o situaciones muy complejas que, con las justas compartimos con uno que otro amigo, de esos que tenemos contados con los dedos de la mano? ¿No será que, por el trabajo y el ritmo acelerado, las redes sociales, la diversión - que no es necesariamente mala - y tantas otras cosas nos olvidamos de lo más importante: tomar consciencia del sentido que le estamos dando a nuestras vidas? y pasados 5, 10 o 20 años podamos mirar hacia atrás y decir: “¡valió la pena vivir!”
Conclusión
A la mitad de la jornada pudimos participar de la Santa Misa y luego compartir un rico almuerzo juntos. Al final se generó un espacio muy fraterno para compartir las experiencias que cada uno vivió a lo largo de ese día y los testimonios fueron realmente edificantes.
En general, los participantes salieron con las ideas mucho más claras sobre sus actitudes para ser más felices y vivir más esa paz interior que tanto anhelamos; incluso con medios muy concretos y prácticos para hacer que todo ello se pueda plasmar en la vida cotidiana.
Finalmente, todos terminamos el día muy alegres, contentos y con la experiencia de descubrir que realmente existe un sentido en la vida que va mucho más allá del trabajo.