El Día internacional de la mujer, que se conmemora cada 8 de marzo, tiene su origen remoto en la lucha por la igualdad de derechos laborales y civiles de las mujeres trabajadoras. A pesar de ello, normalmente se celebra este día con saludos y muestras de afecto hacia toda mujer sin distinción de edad, profesión o estado civil, ya que esta fecha se entiende como un homenaje a la mujer por el simple hecho de serlo. Cabe entonces preguntarnos quién es la mujer y si la sociedad actual está realmente promoviendo su despliegue personal de manera integral o si, por el contrario, más de cien años después, su libertad sigue limitada por las condiciones del entorno.

Iguales en dignidad, diferentes en naturaleza

Gracias a los cambios sociales, políticos y económicos que se dieron a lo largo del Siglo XX, en las sociedades democráticas de la actualidad, mujeres y hombres vivimos en igualdad de derechos ante la ley. Sin embargo, es innegable que, aunque iguales en dignidad y derechos, somos diferentes. Esta diferencia no se limita a la diferenciación cromosómica XX de la mujer y XY del hombre que define la producción hormonal y anatómica sexuada, sino que justamente debido a ella, nos distinguimos psicológicamente en diversos aspectos que inciden en la manera de cómo interactuamos socialmente y en nuestros intereses. Por ejemplo, la acción natural de los estrógenos en el cerebro de la mujer, marca una serie de diferencias anatómicas como una mayor densidad de neuronas en la corteza del lóbulo temporal, asociado al procesamiento y comprensión del lenguaje. Ello ayuda a comprender por qué las mujeres tienen mayor fluidez verbal o son más sensibles frente al conflicto interpersonal que los varones y por qué, predominantemente, las mujeres prefieren profesiones orientadas hacia personas en vez de profesiones orientadas hacia objetos. A diferencia del hombre, la mujer nace interesada en la expresión emocional, en la relación y en mantener la armonía. Este es un dato importante del centro de gravedad del ser de la mujer y por lo tanto de la dirección de su despliegue familiar, profesional y social.

¿Cuál es realmente la mujer exitosa?

En el contexto actual en que el porcentaje de mujeres que trabaja fuera del hogar aumenta progresivamente, que su participación en el mercado laboral es cada vez más temprano y que su salida de él es a edades cada vez más tardías; es necesario reflexionar si la imagen de la mujer trabajadora y exitosa corresponde con el ideal de todas las mujeres, con su desarrollo integral, y si esta percepción está fomentando la infravaloración de la mujer como madre o en el hogar, lugar donde puede desarrollar en mayor medida sus capacidades innatas. Por ejemplo, una encuesta representativa de las mujeres arequipeñas muestra que el 80% de las madres trabajadoras con hijos menores de edad optaría por dedicarse sólo al cuidado de sus hijos si no necesitara del ingreso económico de su trabajo.

Probablemente por esta inclinación de la mujer por la maternidad, es que cada vez es mayor el número de grandes empresas que, para captar talento femenino o mantenerla trabajando durante sus años fértiles, ofrecen la congelación de sus óvulos o cubrir los gastos de tratamiento de fertilidad in vitro. También la ONU, fomenta una narrativa que divorcia el ideal de éxito en la mujer y la maternidad. En uno de sus últimos documentos declara que a menos que las jóvenes tengan acceso al aborto, no podrán llevar una vida plena ni alcanzar todo su potencial.

Conciliar la maternidad con la vida laboral

¿Qué celebramos en el día de la mujer? Sin duda, debemos celebrar a todas las mujeres que, desde sus particularidades y diferentes circunstancias, aportan al desarrollo y bienestar de la sociedad y a la familia. No obstante, esta celebración nos debe llevar también a cuestionarnos si el modelo ideal de mujer actual, desarraigado de lo maternal y centrado en el éxito laboral , es realmente un reflejo fidedigno de lo que significa ser mujer, si las condiciones económicas permiten a las mujeres elegir libremente si trabajar o quedarse en casa a cuidar de sus hijos y si existe una expectativa social en las mujeres que las lleva a ver la maternidad como un obstáculo para su realización, cuando en realidad ésta es parte vital del despliegue de su ser femenino.

Autor: Lila Cerellino Cernades. Directora del Instituto para el Matrimonio y la Familia

Referencias