El aporte de la mujer al mundo laboral es grande. Si bien no hay una receta única para lograrlo, el desafío está en que incorpore el trabajo a su vida familiar sin perder su esencia femenina y comparta con el hombre su rol de cuidadora en la familia.
Un reciente estudio del Instituto Peruano de Economía reporta que el 40% de trabajadoras peruanas dejan de trabajar inmediatamente después de tener a su primer bebé. La situación persiste en el tiempo. Pasados diez años, el 41% de trabajadoras peruanas seguía sin reincorporarse al mercado laboral.
Si bien, las cifras son frías y pesimistas para la mujer en relación a su inserción laboral, quiero compartir una mirada positiva de una experta argentina con amplia experiencia asesorando a legisladores de su país y a diversas empresas sobre la manera, el tiempo y la forma en que la mujer puede conciliar trabajo y familia.
La filósofa Patricia Debeljuh señala que hay etapas más difíciles de conciliar en la vida familiar y del trabajo. “En las mujeres, el momento de consolidación de su trabajo profesional coincide con la etapa de la llegada de los hijos. Es una realidad que tenemos que asumir sin victimizarnos ni sentirnos que lo podemos todo”, dice.
Con talento no faltan oportunidades
“Es importante poder elegir dónde podemos estar y qué tiempo tenemos, según nuestra escala de valores. Oportunidades laborales siempre habrán si hay talento. El trabajo es demandante y habrá momentos de hacer un parón o tomar la decisión de trabajar menos horas en función a lo que uno quiere ser”, señala la experta.
Ella recuerda que el mundo del trabajo fue pensado y diseñado para y por los hombres durante generaciones enteras. Recién, en el siglo pasado, la mujer empezó a trabajar masivamente igual a igual con los varones, pero encontró horarios y estructuras poco naturales y flexibles.
“Las mujeres hemos ido ganando ese espacio al formaros y estudiar. Tenemos mucho que aportar en política, economía, educación, leyes, etc. Estamos rompiendo paradigmas y, en base al talento y capacidad, tenemos que hacer ambientes de trabajo más flexibles y empáticos”, explica Debeljuh.
Una decisión compartida
Lo cierto es que conciliar trabajo y familia no es una decisión solo de la mujer, es una decisión que se toma con el esposo. “Los hijos crecen, demandan menos y la mujer tiene más autonomía. Es importante que la pareja converse, se ponga de acuerdo, negocie y flexibilice junta”, comenta.
Desde el mundo empresarial, los líderes empresarios deben preocuparse no solo de los empleados, sino también de sus familias. “Se trata de acompañar el ciclo vital de la familia: cuando la pareja se forma, con la llegada de los hijos que implica demandas diferentes para los padres”, recalca Debeljuh.
Este acompañamiento también incluye el cuidado de los adultos mayores de la familia, así como acompañar la pérdida de un ser querido. El entorno laboral debe ser flexible, como el homeoffice (aunque no funciona por igual para todos), el descanso, las vacaciones y que el trabajo no se dé fuera del horario establecido.
Familia como nuevo stakeholder
Según Debeljuh, en Argentina hay varios Proyectos de Ley para extender la licencia por maternidad o paternidad. “Hay pymes y empresas grandes que dan 5, 10 o 15 días, un mes, 40 días o 6 meses pagados de licencia por paternidad a madres o padres que quieran tomarla. “Es asumir a la familia como un nuevo stakeholder y contribuir al cambio social que tarde o temprano va a llegar”, acota.
“Hay que seguir trabajando a favor del cambio cultural. Sacar a la mujer del rol exclusivo de cuidadora y que sea una responsabilidad compartida y que los padres estén más presentes en la vida de sus hijos o de sus propios padres y puedan disfrutar de este rol no como un mandato”, expresó.
El desafío que tenemos las mujeres es aportar, desde nuestra feminidad, al mundo laboral sin dejar de ser nosotras mismas. En el día de la mujer, la alternativa de integrar el mundo profesional a nuestro mundo familiar se vuelve una forma de alcanzar nuevos logros y satisfacciones, por el impacto que el trabajo tiene en la cultura.
Algunos aportes de la mujer al mundo laboral:
- Son más empáticas. Se preocupan por las personas y se hacen mucho más cargo de las necesidades de los demás.
- Tienen más capacidad de comunicación, y ocupan puestos de comunicación y relaciones públicas.
- Ejercen liderazgo más participativo que autoritario, contando con el parecer de los demás.
- Tienen una visión más amplia y mirada más abierta (multitasking).
- Tienen una concepción del poder al servicio de las personas y democratizan más la toma de decisiones.
- Aportan creatividad por la mirada complementaria a la de los varones.
- Son más perseverantes y llevan las cosas hasta el final.
Autor: Periodista Úrsula Delgado @ursuladelgadoperiodista