Supongo que la mayoría de los lectores ya saben que Catholic Link está promocionando una edición más de la Semana del Evangelizador Digital Católico. Quisiera contarte mi experiencia y aprendizajes en el mundo de la evangelización digital.
Tengo que decirles que es algo altamente recomendable para aquellos que nunca han participado. Sin embargo, habiendo visto los temas que van a tocar en la Semana del Evangelizador Católico – aunque personalmente haya participado en dos ediciones – debo decir que estoy muy interesado.
Además, los encargados son el mismísimo Mauricio Artieda, fundador de Catholic link, y Sebastián Campos, quien trabaja en el área de comunicaciones. Lo mejor que puedo decir en pocas palabras es: ¡No se lo pierdan!
Déjame contarte mi historia
Si me permiten, creo que lo mejor es darles mi propio testimonio, cuando me lancé a la evangelización digital. He participado de la primera edición que – creo – fue allá por el año 2019. Justo empezaba a crear mi propio canal digital. Me acuerdo de que estaba emocionadísimo con la idea de participar y escuchar a Mauricio.
Además de ser un amigo muy cercano, era un ejemplo que tenía de cómo evangelizar en las redes, o, mejor dicho, en el “ecosistema digital”. Obviamente, fue un impulso en mi ardor por evangelizar en el mundo virtual y me brindó algunos elementos fundamentales para avanzar en ese sueño que tenía de hacer crecer mi propio proyecto digital católico.
Mi proyecto se llama Felicitas y, hoy en día, ya contamos con nuestra página web (que la pueden visitar con mucho gusto en este enlace). Llegar al punto de elaborar esta página fue un largo recorrido, que estuvo entramado con muchos diálogos, oración y un par de conversaciones muy importantes que tuve con Mauricio Artieda.
Actualmente, ya tenemos nuestra fanpage, Instagram y canal de YouTube. Todavía no somos un canal con muchos seguidores, pero la calidad de nuestros programas y el contenido que brindamos es una respuesta que ayuda de modo concreto y efectivo al público objetivo que llegamos.
Esa es una de las cosas más importantes que aprendí en los cursos y diálogos con Mauricio. Un paso significativo para todo esto ha sido participar en una de estas Semanas del Evangelizador Católico.
Algunos retos que te enfrentas al empezar tu proyecto digital
Cuando experimentamos en nuestro interior ese anhelo de meternos en el mundo digital y aportar algo a la misión de la Iglesia, pueden surgir en nuestra mente o corazón varios pensamientos. Positivos, así como negativos. Unos sirven de aliento y otros terminan siendo obstáculos, con los cuales debemos saber lidiar para hacer efectivo ese sueño que seguro tienes en tu corazón.
Lo primero y más importante que te puedo decir es no renunciar nunca al sueño o anhelo que Dios plantó en tu corazón. Uno puede preguntarse: «¿Será algo de Dios o simplemente un desvarío de mi imaginación?» Toca rezar, discernirlo. Algo que yo aprendí en mi camino personal, fue la importancia de compartir y conversar tus sueños y anhelos con otras personas. Prudentes y con experiencia.
Más allá de todos los aspectos técnicos para sacar adelante un proyecto – como, por ejemplo, hacer un buen design thinking – es esencial verificar con la ayuda de personas de confianza, o una comunidad a la que pertenezcas, si tus sueños tienen un asidero en la realidad. ¡Ojo! No te dejes llevar por las primeras opiniones.
Muchos podrán decirte que eres un loco o que mucha gente ya hace lo que tú estás pensando… pero no te olvides que cada uno es único y – por experiencia te lo digo – lo que tú puedes aportar a la evangelización en el mundo digital es único. No le tengas miedo al conocido «síndrome del impostor».
Tal vez creas que no tienes tiempo. Creo que una de las respuestas más aterrizadas para ese «problema» o – aparente – dificultad es que divulgues en las redes sociales lo que tú ya estás acostumbrado a hacer. Es decir, aprende poco a poco a transmitir digitalmente lo que tú ya estás acostumbrado a hacer, lo que te gusta, lo que te apasiona.
Algunos ponen como obstáculo el hecho de no tener la cámara, micrófono y equipos «especiales» y hechos a la medida. Recuerdo cuando empecé comprando un trípode de plástico en una de esas tiendas electrónicas, y usaba mi celular – que no tenía nada de especial, ni tampoco era de última generación – y grababa las charlas o reuniones que tenía en mi parroquia o cuando me juntaba con grupos para conversar.
Al comienzo me preguntaba si lo haría como una marca personal o con algún nombre que definiera la razón del proyecto. La verdad es que empecé compartiéndolo como algo mío, en mi perfil personal de Facebook. Cuando empezó a tener cierto alcance y me di cuenta de que sí era una respuesta para las personas, me puse a pensar junto con otros amigos qué nombre le pondría al proyecto.
Finalmente, lo llamé Felicitas, puesto que lo que busco es ayudar a personas y matrimonios a que descubran en el amor cristiano el camino para la auténtica felicidad, aprendiendo a asumir las adversidades y cruces de la vida cotidiana, incluso con la ayuda de la psicología si fuera necesaria.
¿Cómo hago que mi proyecto de evangelización digital crezca?
Esta es sin lugar a duda uno de los retos más importantes y que casi todos nos preguntamos. Ante el cual muchas personas – algunas veces – desisten de su proyecto, o, en otros casos, no generan programas que puedan competir y estar al nivel de otros proyectos. Obviamente, no vamos a competir nunca contra canales o proyectos como la Coca-Cola o Apple – por exagerar un poquito – pero sí es importante que lo que hagamos tenga cierta calidad. Si no, probablemente, tu proyecto ya tiene fecha de caducidad.
Pero no te preocupes pensando que no hay salida puesto que por ahora no tienes la plata para comprar equipo de punta y tener un equipo que trabaje cada uno en un área determinada. Con un celular de media gama, un trípode, algo que te brinde iluminación y mucha pasión; así como esos programas tipo Canva puedes hacer maravillas.
Si a eso le sumas la cantidad de programas nuevos que surgen ahora con la AI, con muy poco presupuesto se puede hacer maravillas. Obviamente, estamos hablando del comienzo de tu proyecto. Así se empieza.
Pero, sea como sea, utilizando los instrumentos que utilices, debes siempre esforzarte por hacer las cosas bien hechas. No se trata de perfeccionismos – que termina siempre jugando en contra – sino hacer bien las cosas, con los medios que tengas. Para eso, sí es necesario que aprendas algunas cosas básicas.
Esta Semana del Evangelizador Digital Católico me parece que es un excelente medio para aprender, o, en todo caso, estar atentos a qué nos va a enseñar y qué otras posibilidades se abrirán. Si algo he aprendido de Catholic Link es que siempre te sorprenden y ofrecen mucho más de lo que te dicen.
Algunos comentarios extras sobre la evangelización digital
No quiero terminar este testimonio y – ojalá – exhortación a que te animes y te «lances a la piscina» – como se dice en Perú – por hacer concreto tus sueños de tener un proyecto de evangelización digital, sin antes compartirte unas cuántas ideas que me parecen muy importantes.
Primero, si es algo de Dios y tú confías en Él, no tengas miedo y empieza tu proyecto. Obviamente, tendrás dificultades, pero ¿qué aventuras están exentas de adversidades? Todo emprendimiento siempre tiene una cuota de tensión e inseguridad. Pero estamos en las mejores manos: Dios es nuestra guía y, ahora, tenemos a Catholic Link que nos quiere tender una mano.
Segundo, acuérdate que algo fundamental para cualquier proyecto, misión o desafío que el Señor te ponga en la vida exige no solo esfuerzo, sino mucha perseverancia. Es iluso creer que de «la noche a la mañana» tendrás veinte mil seguidores y tu proyecto será una de las grandes estrellas en YouTube. Bueno… en realidad, eso ha sucedido algunas veces. Pero es la excepción.
Si sientes el llamado de Dios a emprender un nuevo proyecto digital, no lo dudes y permite que el Espíritu Santo te guíe. Con el tiempo, aprenderás la parte más técnica, que es sin lugar a duda muy importante. Eso yo lo aprendí en la medida que creció mi proyecto. Pero ya estoy en esto hace más de cuatro años. Como dice la canción: «step by step».
Finalmente, no trates de hacer todo tú solo. Aunque al principio no tengas los medios económicos para pagar un equipo y que tengas personas que trabajen para ti, lo mejor es cuando puedes compartir ese sueño con amigos. Quizás alguno, se entusiasme y quiera comprometerse contigo. Al comienzo – si es algo que viene de Dios – aparecerán los voluntarios, así como encontrarás algunas formas de conseguir un mínimo presupuesto para empezar.
Al comenzar un proyecto de evangelización digital es mucho más importante la constancia y perseverancia, que tener un presupuesto ideal, con un equipo de personas pagadas. La autosostenibilidad es un punto que se trabaja en la medida que tu proyecto va creciendo.
Así que ¡ánimo! Ponte en las manos de Dios y aprende lo que Catholic Link te quiere enseñar a través de esta Semana del Evangelizador Digital Católico. ¡Nos vemos!
Fuente: Catholic-Link